Por Nathaniel Scharping
Devolver la vista a aquellos para quienes se escapó ha sido un objetivo de los científicos durante décadas. Pero reparar o reemplazar la delicada maquinaria interna del ojo humano ha resultado difícil hasta ahora. Algunos dispositivos experimentales han logrado otorgar vista de baja resolución a los ciegos, pero la mayoría requiere el uso de componentes electrónicos voluminosos y fuentes de alimentación externas.
Pero investigadores de la Universidad de Fudan y la Universidad de Ciencia y Tecnología de China dicen que han encontrado una solución más elegante para curar algunas formas de ceguera. Simplemente intercambiaron fotorreceptores muertos a los ojos de ratones ciegos, las varillas y los conos que producen señales eléctricas cuando son golpeados por fotones, con versiones artificiales hechas de oro y óxido de titanio.
Ojo dorado
Los fotorreceptores diseñados toman la forma de nanocables tachonados con pequeños copos de oro, que ayudan a sintonizar la matriz para responder a la luz en el rango visible. Los cables se implantan quirúrgicamente en el mismo espacio que los fotorreceptores una vez ocupados, y permanecen en contacto físico con las células de la retina para transmitir los impulsos eléctricos a la corteza visual.
Los ratones en el experimento habían sido diseñados genéticamente para experimentar una degradación progresiva de sus fotorreceptores, similar a lo que sucede en personas con retinosis pigmentaria y degeneración macular. Ambas enfermedades interrumpen la capacidad del ojo de transmitir información sensorial al cerebro y, si no se tratan, pueden ocasionar un deterioro permanente de la visión. Sin embargo, el resto del ojo y el sistema de procesamiento visual del cerebro permanecen intactos, lo que significa que las señales visuales aún pueden procesarse si llegan al cerebro
Los nuevos fotorreceptores responden a la luz en el espectro verde, azul y casi ultravioleta, aunque sus cables no pueden garantizar la visión del color de los ratones. Es probable que los ajustes futuros en su método reproduzcan colores, dicen los investigadores. Publicaron su investigación el martes en Nature Communications .
Cerrando la Brecha
Los investigadores probaron su sistema confirmando que las cortezas visuales de los ratones respondían cuando la luz les llegaba a los ojos. Sus células retinianas y el sistema de procesamiento visual parecían normales, informaron los investigadores. Sus pupilas incluso comenzaron a dilatarse nuevamente, otra indicación de que sus ojos volvían a ser sensibles a la luz. Habían logrado reparar el eslabón perdido entre los ojos y el cerebro.
Comparados con sus hermanos normales, los ratones anteriormente ciegos respondieron a la luz de intensidad comparable, informaron los investigadores, y los fotorreceptores artificiales fueron sensibles a puntos de luz de menos de 100 micrómetros de diámetro, o aproximadamente del tamaño de un cabello humano.
Por el momento, es difícil decir exactamente qué estaban viendo los ratones. Aunque está claro que las señales llegaban a la corteza visual, las imágenes que los cerebros de los ratones representan son un misterio por el momento. La información visual probablemente fue algo limitada, al menos, dado que los nanocables solo responden a algunas longitudes de onda de luz.
Después de ocho semanas, los ratones que alguna vez fueron ciegos y que habían sido implantados con nanoalambres no mostraron signos de incomodidad o lesión. Pero el diseño sigue siendo experimental, por ahora, los investigadores solo esperan que su trabajo conduzca a mejores dispositivos que un día podrían permitir que los humanos que han perdido la visión vuelvan a ver.