La regeneración nerviosa es difícil, pero se están logrando verdaderos avances en el campo, afirman unos investigadores.
Por Alan Mozes
JUEVES, 30 de octubre de 2014 (HealthDay News).
En el mundo de la medicina del siglo XXI, los trasplantes de órganos no son nada nuevo. El primer trasplante de riñón se realizó en 1950, seguido por el primer trasplante de hígado en 1963, y el primer trasplante de un corazón humano en 1967. Para 2010, los médicos incluso habían logrado trasplantar la cara completa de un paciente.
Pero un órgano importante sigue eludiendo al cirujano de trasplantes: un ojo humano completo. Pero si un equipo de científicos de EE. UU. se sale con la suya, ese sueño también podría convertirse en realidad.
"Hasta hace poco, los trasplantes de ojo se han considerado como ciencia ficción", comentó el Dr. Vijay Gorantla, profesor asociado de cirugía del departamento de cirugía plástica de la Universidad de Pittsburgh. "Las personas decían que era una verdadera locura".
Pero "con lo que sabemos ahora sobre los trasplantes, y algo más importante, la regeneración nerviosa, finalmente estamos en el punto en que podemos tener una confianza real de que se trata de algo que en realidad se puede buscar y, con el tiempo, lograr", aseguró.
Los trasplantes del ojo completo serían enormemente beneficiosos para muchas de los 180 millones de personas ciegas o con una discapacidad visual grave de todo el mndo, entre ellos casi 3.5 millones de estadounidenses, señalan los expertos.
"La degeneración macular y el glaucoma son la causa de gran parte de la discapacidad visual en el mundo", explicó el Dr. Jeffrey Goldberg, director del Centro del Ojo Shiley de la Universidad de California, en San Diego.
Sin duda, hay terapias que con frecuencia ayudan a restaurar la vista en esos casos, o en personas que han perdido la vista por una lesión. "Pero en algunas personas el ojo está demasiado dañado o lesionado", comentó Goldberg. "En los pacientes con una lesión ocular devastadora en que no queda nervio óptico conectivo, o quizá ni siquiera el globo ocular en la órbita, los métodos restauradores simplemente no son suficiente".
En esos casos, el trasplante de un donante de ojo sano sería una solución. "Es un objetivo científicamente remoto", reconoció Goldberg. "Pero es un objetivo remoto muy atractivo".
Entonces, Gorantla y Goldberg (y las dos universidades a las que pertenecen) se han asociado para llevar el trasplante de un ojo completo de la teoría a la práctica. El esfuerzo está financiado por el Departamento de Defensa de EE. UU.
Uno de los mayores desafíos es cómo regenerar y regenerar los delicados nervios ópticos.
Goldberg explicó que "el problema principal es que cuando se desconecta un glóbulo ocular hay que cortar por completo todas las conexiones entre el nervio óptico y el ojo. Entonces hay que reconectar las fibras nerviosas del ojo del donante con el cerebro del receptor para lograr la restauración de la visión. Pero sabemos que una vez se realiza ese corte, las fibras nerviosas no se regeneran solas. No sucede de forma automática".
"Eso es lo que distingue a un trasplante de ojo de la mayoría de otros tipos de trasplantes", añadió Gorantla. En otros trasplantes de órganos, la principal dificultad es simplemente reconectar un flujo sanguíneo adecuado. "Por ejemplo, si se conectan las tuberías y la sangre fluye, un corazón trasplantado comenzará a latir en el receptor casi de inmediato", dijo Gorantla.
"Pero un trasplante de ojo en realidad tiene más parecidos con un trasplante de mano o cara", señaló. El ojo podría parecer sano debido a la renovación del flujo sanguíneo, pero sin reconectar el nervio óptico "no hay actividad motora, sensación ni vista", señaló Gorantla. "El resultado ni funciona ni vive".
Por suerte, varios laboratorios "han logrado avances significativos" en fomentar la regeneración a larga distancia de las fibras nerviosas, aseguró Goldberg. "En animales con daño o degeneración del nervio óptico, incluso comenzamos a ver fibras que se regeneran hasta el cerebro mismo", anotó.
La regeneración de unas células conocidas como células ganglionares de la retina, que son esenciales para lograr una visión discernible, también ha tenido éxitos recientes en el laboratorio. "Las indicaciones recientes de que esa generación nerviosa en realidad sí es posible fomenta el optimismo de que el trasplante del ojo es de verdad viable", afirmó Gorantla, que también es director médico administrativo del Programa de Trasplante Reconstructivo de Pittsburgh en el Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh.
Pero faltan años para un primer intento de un trasplante del ojo completo en un humano, advirtieron los expertos.
"Falta una cantidad significativa de trabajo antes de que se pueda probar algo así en los pacientes", dijo Goldberg. "Pero cuando se encuesta a las personas, perder la vista queda apenas un poco por debajo de la muerte como algo que tememos. Hay pocas cosas que las personas valoren más que su visión, así que aunque podría ser audaz, el esfuerzo vale la pena".
FUENTES: Jeffrey Goldberg, M.D., Ph.D., professor, director of research, Shiley Eye Center, University of California, San Diego; Vijay Gorantla, M.D., Ph.D., associate professor of surgery, department of plastic surgery, University of Pittsburgh, and administrative medical director, Pittsburgh Reconstructive Transplant Program at University of Pittsburgh Medical Center
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