Artículo original de Rachel Gater, de la Universidad de Keele, Reino Unido.
En 2006, Nature publicó un artículo que describe cómo las células madre podrían usarse para restaurar la vista en ratones ciegos. Este estudio, y estudios posteriores similares, crearon mucha emoción sobre el potencial de las células madre para curar la ceguera en los humanos. Pasaron rápidamente 12 años y todavía no parece que estemos allí: un ensayo clínico humano notable en Japón fue suspendido en 2015 debido al riesgo de desarrollo tumoral en el ojo de un paciente. Entonces, ¿estamos más cerca de utilizar terapias con células madre para tratar la ceguera, o siempre estaremos "a diez años de distancia"?
La retina es un tejido importante en la parte posterior del ojo que detecta la luz y envía información visual al cerebro. Las enfermedades oculares, como el glaucoma y la degeneración macular, se caracterizan por el daño a las células de la retina, que eventualmente puede llevar a la pérdida de la visión y la ceguera. Los científicos esperan encontrar una forma de reemplazar o preservar las células de la retina dañadas para tratar estas enfermedades oculares.
Las células madre pueden ser útiles para esto porque pueden activarse para convertirse en cualquier tipo de célula. En 2010, los científicos guiaron con éxito a las células madre para que se convirtieran en células de la retina en un laboratorio. Se espera que estas células puedan luego administrarse en el ojo enfermo para reemplazar o preservar las células de la retina dañadas.
Aunque los científicos anteriormente tuvieron éxito en aislar y mantener las células madre de la retina en el laboratorio, todavía hay mucho trabajo por hacer antes de que estas células puedan ser entregadas rutinariamente a los pacientes para su tratamiento. El primer gran desafío es descubrir cómo los tratamientos pueden ser entregados de manera segura al ojo del paciente en el lugar correcto. El ojo es un órgano tan pequeño y frágil que las agujas de inyección y la cirugía pueden causar un daño aún mayor al ojo.
Una vez que se ha establecido un método de administración, el siguiente desafío es decidir cómo lograr que las células madre se comuniquen con las células retinales existentes y funcionen adecuadamente dentro del ojo. Conseguir que esto suceda no es fácil y existen riesgos de que las células madre no funcionen correctamente y puedan causar problemas, como inflamación y desarrollo de tumores, dentro del ojo.
Además de estos obstáculos, los científicos también deben superar el desafío del rechazo inmunológico. De la misma manera que el cuerpo puede rechazar un nuevo corazón después de la cirugía de trasplante, las células madre también pueden ser rechazadas por el cuerpo. Las terapias de células madre desarrolladas a partir de las propias células de un paciente tienen una posibilidad reducida de rechazo inmune, aunque puede ser más costoso y requerir más tiempo para su desarrollo. Para las terapias con células madre desarrolladas a partir de células del donante, es probable que se necesiten medicamentos como los inmunosupresores.
Construcción de andamios en miniatura
Para superar estos desafíos, un enfoque que los científicos están investigando es el uso de biomateriales. Los biomateriales son típicamente materiales que han sido modificados para interactuar con sistemas biológicos. Se espera que estos materiales se puedan utilizar para mejorar la administración de la terapia con células madre, así como la integración con las células existentes una vez dentro del ojo.
Un ejemplo de esto es el uso de andamios de biomateriales. Como su nombre indica, se trata de estructuras parecidas a andamios a las que las células pueden aferrarse para mejorar sus posibilidades de crecimiento y supervivencia. Los científicos ya han desarrollado con éxito andamios de biomateriales que se parecen mucho al entorno del tejido de la retina.
La unión de las células madre a estos andamios antes de su administración al ojo puede mejorar sus posibilidades de comunicarse con las células existentes y funcionar correctamente una vez dentro. Esta técnica ha sido exitosa en estudios con ratones y algunos ensayos clínicos en humanos ya están en progreso.
Por lo tanto, a pesar de los desafíos, los científicos continúan buscando formas de tratar enfermedades oculares debilitantes. El ojo es un órgano increíblemente complejo y frágil, por lo que la investigación en esta área puede tardar un poco más que en otras partes del cuerpo.
Todavía hay obstáculos que deben superarse, como la técnica de administración de células madre, su integración con las células existentes una vez dentro del ojo y la posibilidad de rechazo inmune. Sin embargo, la investigación en curso sobre el uso de biomateriales para mejorar la integración de células madre ha tenido resultados prometedores y puede superar algunos de estos desafíos iniciales.
Entonces, con el apoyo continuo de este campo de investigación, podemos tener la esperanza de que, si los últimos ensayos clínicos se llevan a cabo con éxito, una cura para la ceguera con células madre podría finalmente ser posible dentro de los próximos diez años.