¡Qué va! ¡Será que los demás no tienen problemas, más serios que los míos! Que se lo digan a los adultos, que van de acá para allá sin parar ni un momento, pero sin saber muy bien dónde les llevan sus pies. ¡Eso sí que es andar a ciegas!.

Tengo 12 años y no tengo ninguna prisa por hacerme mayor. No me considero para nada presumida ni me atraen los maquillajes, las mascarillas ni los gloss con los que ya se pintan los labios algunas de mis compañeras. Eso sí, mis coletas que no me las toquen. Odio llevar el pelo suelto, pero sería incapaz de salir a la calle sin lucir mis irrenunciables coletas. No es que me den más fuerza ni nada de eso, al estilo de ese Sansón del que me han contado la historia en clase de Religión, pero sí que me identifico en gran medida con ese fortachón personaje de la Biblia, porque me siento mucho más segura con el pelo así. De verdad que creo que si me cortan mis coletas, perderé toda mi energía y mis ganas de exprimir cada instante, cada segundo de una vida que no hay que malgastar ni desperdiciar lamentándonos por los infortunios, si no que tenemos que afrontar con el mayor optimismo y la mayor capacidad de disfrutar de quienes nos rodean, de los que sentimos más cerca, de los nuestros.

Así lo pienso yo. Por eso, me encanta pasar tiempo haciendo cosas de todo tipo y gestiones con mi madre y con toda mi familia. También con mis amigas, aunque me aburra cuando se ponen a hablar de chicos, de la última canción que lo está petando en las redes o de la genial idea que las ha iluminado para grabar el próximo vídeo que, esta vez sí, va a hacerse viral y va a sumar decenas de miles de seguidores en sus cuentas de Tiktok. ¡Venga ya! Son mis amigas y las quiero así, como son, aunque a veces siento grandes dosis de vergüenza ajena ante algunas de sus estupideces. De ahí, que en ocasiones desconecte, cierre los ojos y me sumerja en mi interior, en mi mundo, para regocijarme con mis pensamientos y expandir al máximo el resto de mis sentidos.

Soy tremendamente observadora, muy intuitiva e irónica hasta decir basta. Creo que soy bastante comedida, pero eso no me impide, en absoluto, mostrarme reivindicativa y denunciar las injusticias, a veces, de forma sutil y, otras, de un modo más expresivo y evidente.

Viajar es una de mis mayores pasiones, pero nada de aglomeraciones turísticas en grandes monumentos ante los que sufrir colas eternas. Lo que me gusta es la naturaleza, caminar sin más rumbo ni destino que el de sentir el aire puro de la brisa de las montañas sobre mi rostro o el agua helada de los ríos abrirse paso entre los dedos de mis pies. Me encanta mi forma de mirar las cosas, de observar sin ver, de experimentar el día a día, de compartir mis vivencias, mis emociones y mis sentimientos.

Soy una niña diferente, o eso me dicen, un proyecto de adolescente en marcha tan capaz de mostrarme agradecida, cariñosa y comprensiva, como de rescataros a todos de la ceguera que solo os muestra el mundo en que vivimos y os impide emprender la aventura de construir el mundo que nos gustaría ver. Ese mundo hecho con, por y para todos. Yo ya me he colgado mi mochila y me he puesto en marcha. ¿Me acompañas? Te estoy esperando, porque soy diferente y jamás pierdo la esperanza en que, un día, dejemos de mirarnos nuestro ombligo y abramos por fin los ojos para poder ver lo que siempre hemos tenido delante de nuestras narices: A los demás.

Mi madre es la revista Visión, editada por la Federación de Asociaciones de Distrofias Hereditarias de Retina de España (FARPE), que reserva un espacio para mis historias desde el número 55, publicado en diciembre de 2019. Sabiote, mi padre, colabora de forma desinteresada con esta revista y cede mi personaje a Farpe y Fundaluce. Dibujante e ilustrador, desde niño muestra preferencia por el cómic y la tira gráfica. Su formación es autodidacta, aunque acude unos años al estudio de su amigo y maestro el pintor cartagenero Enrique Navarro Carretero. Comienza a dibujar esporádicamente para diversas publicaciones locales, como Cartagena Actualidad, pero desde 2011, publica una viñeta diaria en el diario La Opinión de Murcia.

En 2015, participa en la exposición PELIS EN SU TINTA, junto a dibujantes como Gallego y Rey, Mingote, Forges, Puebla, Guillermo y Pedro Vera, entre otros. En 2018, recibe en Murcia el Premio ‘Tío Saín’ al mejor humorista gráfico del año.

Recopila la actualidad del mundo de la retina, artículos científicos y la acción de las asociaciones que integran la federación. Visión quiere sumar y avanzar en el camino de la investigación. Nuestra lucha es contra la ceguera, nuestra meta, mejorar la calidad de vida de las personas con problemas de visión. Yo no falto a mi cita semestral con los lectores de VISIÓN para aportar mi granito de arena a FUNDALUCE y financiar proyectos de investigación en busca de una cura para estas patologías incurables que conducen a una discapacidad visual severa. Farpe está integrada por diez asociaciones de toda España.

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